El presidente de CEPYME y de Confemetal y vicepresidente de CEOE, Antonio Garamendi, ha protagonizado el primer Desayuno con el Clúster Marítimo Español (CME) de 2016, cuya intervención se ha desarrollado bajo el título “Expectativas industriales de futuro. Visión de las organizaciones empresariales”.

 

Antonio Garamendi se ha referido en su intervención a la situación política actual y ha afirmado que una primera lectura de los resultados de las últimas elecciones revela que la mayoría de los españoles optaron por propuestas moderadas y que sobre ellas deben construirse consensos, no sólo para gobernar sino también para afrontar las reformas que, inevitablemente, van a producirse.

Garamendi ha hecho un repaso de la situación económica actual y ha mencionado las cifras favorables de empleo y crecimiento económico del último año para subrayar que la demanda de la estabilidad y la responsabilidad que los empresarios necesitan para crear empleo no se está atendiendo. Con un ejemplo gráfico y náutico, ha indicado que los empresarios necesitan saber a que atenerse, “si han de ceñir o ir de través” para poder desarrollar su actividad, crear riqueza y empleo. 

También se ha referido Garamendi al riesgo en que algunos ponen a la unidad de España, para afirmar que “estamos en el siglo XXI, y no podemos estar discutiendo cuestiones que no son de este tiempo. Es en ámbitos globales en los que se está decidiendo el futuro y ya no sirven los planteamientos del siglo XIX”.

Asimismo, ha subrayado que la soberanía corresponde al conjunto del pueblo español y se ha remitido a las palabras del Rey, para decir que los empresarios están con la unidad de España, el Estado de Derecho y la Constitución. 

Industria

A continuación, el presidente de CEPYME y de CONFEMETAL se ha referido a la industria y a las necesidades y reivindicaciones de los sectores industriales en distintos ámbitos. Así, ha señalado los problemas de financiación, la morosidad, la innovación y los costes que soportan las empresas, desde los laborales y sociales hasta los energéticos, fiscales o regulatorios.

En conexión con la innovación, ha reivindicado también el papel de los agentes sociales en la formación, que son “los que de verdad conocen las necesidades reales de formación continua de las empresas”.

Asimismo, se ha referido a la internacionalización de las empresas para resaltar que se ha conseguido convertir en normal lo que hace relativamente poco era excepcional y un reto inalcanzable para muchas empresas, competir con éxito en el exterior.

En materia laboral, ha destacado la importancia de la última reforma, que ha permitido crear empleo con tasas de crecimiento inferiores al 2%, lo que era impensable antes de la misma.

En este sentido, ha puesto en valor el diálogo social y el papel de los sindicatos que junto con las organizaciones empresariales “dan estabilidad al sistema, contribuyen al crecimiento y aportan un sentido de Estado, que es el mismo que ahora pedimos a los políticos”.

Otro de los aspectos con incidencia en la actividad industrial a los que se ha referido Antonio Garamendi ha sido el exceso de regulación que soportan las empresas, sometidas a una profusión normativa y una sobrerregulación por parte de los distintos escalones de la administración, que las perjudica gravemente. En ese sentido, Garamendi ha demandado reformas en la línea de simplificar y preservar la unidad de mercado.

También se ha referido a la educación, como cimiento básico para que el país funcione. “Este es uno de los terrenos en los que más urgente es un acuerdo, un gran pacto de Estado que, si se me permite, siente las base de un sistema educativo estable y español”.

Organizaciones empresariales

En la última parte de su intervención Garamendi ha reivindicado el papel de las organizaciones empresariales en representación y defensa de las empresas en aquellos ámbitos donde, individualmente, esas tareas son prácticamente imposibles.

“Los campos en los que es necesario unirse para defender colectivamente los intereses de las empresas son muchos y están ligados fundamentalmente a cuestiones regulatorias y políticas que influyen decisivamente sobre la actividad”, ha dicho, para señalar que las organizaciones empresariales “son un buen ejemplo de sociedad civil organizada para defender intereses concretos, contribuyendo con ello a defender los intereses globales de España”.

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