El pasado 27 de Septiembre publicaba un post titulado “Lenguaje empresarial: 10 palabras que me rechinan” que ha tenido mucha repercusión. Incluso en el recién celebrado Manager Business Forum se habló de ello, especialmente de la palabra “Talento”. Como siempre, hay opiniones para todos los gustos y eso es estupendo para el enriquecimiento intelectual de cada uno de nosotros…

Hoy quiero irme al lado opuesto y hablar de las diez palabras que me más me gustan del lenguaje empresarial. Aquí te las dejo:

♦ Humanismo. El día que vayas a la oficina arrastrando un problema personal y tu jefe te lo note en la cara y te pregunte ¿Qué te pasa? Ese día es posible que descubras algo nuevo en tu empresa y de manera especial en tu superior. Ese día te sentirás más persona

Que, de vez en cuando, hay que despedir a alguien, es obvio. Pero hay muchas formas de hacerlo. Si te llaman el viernes a las cinco de la tarde y te comunican que ya no te necesitan y te “invitan” a abandonar la empresa de forma fulminante y sin poderte despedir de tus compañeros, ese día podrás corroborar lo que ye te imaginabas. Que trabajabas en una empresa inhumana.

Podríamos poner muchos ejemplos, pero no me quiero extender en ello. Curiosamente puede suceder que en los ámbitos de actividad que a priori parecen más deshumanizados –aquellos donde domina la mentalidad tecnológica y el sueño de un mundo robotizado- se esté haciendo cada vez más evidente el inigualable valor de las personas, de los aspectos más humanos que a menudo se descuidan en tantos ámbitos de la actividad económica y empresarial. Recomiendo leer “Humanity as a Competitive Advantage

♦ Resultados. Cuando nos olvidemos de las tareas y nos centremos en los resultados, en ese momento empezaremos a sentir que estamos trabajando de una forma más racional. ¿Por qué, aun en muchas organizaciones, se sigue trabajado con el foco puesto en el “Job Description”? ¿Por qué existen empresas con “cultura presentista”? Si lo importante son los resultados ¿Por qué no se deja a la gente que trabaje como más la apetezca? El día en que la personas sean el centro de la actividad empresarial, ese día los resultados llegaran de forma natural.

♦ Libertad. Es la cualidad más importante del ser humano. Cuando en el trabajo te sientes como en tu casa, en ese momento comienza a producirse un efecto motivador capaz de conseguir los mayores y mejores retos. Pero seguimos con la manía de la planificación excesiva, del control, de las reuniones inútiles, de los correos que nos invaden a diario y que solo sirven para justificar determinadas carencias. ¿Por qué no dejar que la gente se mueva a su gusto dentro de la organización? Cuando uno se siente libre, multiplica su responsabilidad y en consecuencia su productividad. ¡Necesitamos empresas que regalen libertad! El día en que le digas a tu jefe: NO, ese día pasará  la historia.

♦ Conversación. Se acabaron aquellos planes de comunicación interna que no servían para casi nada. Esas cartas del CEO con recomendaciones y palabrejas, que parecían más la hoja parroquial, que un  reto al dialogo, la discusión… Ya no valen las comunicaciones, lo que cuenta son las conversaciones. Esos momentos en que uno necesita hablar y sentirse escuchado.

Piensa que en las empresas hay cantidad respuestas para preguntas que nunca se han hecho. Estas respuestas pueden ser una fuente de creatividad e innovación…

♦ Simplicidad. ¿Acabamos con los “workflow”? ¿Por qué nos complicamos tanto la vida? Las organizaciones necesitan procesos sencillos, muy sencillos. Piensa que no hay nada más estúpido que hacer brillantemente algo que no sirve para nada. La mejor idea siempre nace de una pequeña chispa. Cualquier gran cambio empieza por algo minúsculo. No te compliques, ni compliques la vida a los que trabajan contigo.

♦ Coherencia. Es la palabra clave. ¿Cómo voy a pedir lo que yo no hago? En la empresa el mejor programa de formación es el que se trasmite con el ejemplo. ¿Se puede hacer una congelación salarial al tiempo que la alta dirección se va a comer a un “cinco estrellas Michelin”? ¿Cómo es posible establecer un programa de atención al cliente y pedirle que te llame a un 902? Es muy difícil convencer si uno no encarna los valores que propugna. En el hall de la empresa queda muy bien una declaración de principios, pero ¿y qué?

♦ Maestría. La mejor cualidad de un líder es ser un buen maestro para su equipo ¿Quién ha sido tu maestro? ¿Qué aprendiste de él? El otro día asistía a un concierto dirigido por Kynan Johns, y en el programa venia una pequeña biografía suya, en la que dejaba claro que su “maestro” fue Kurt Masur. Que gran cosa tener maestro… Mucha gente termina su vida laboral sin haberlo encontrado… ¡Qué pena!

♦ Confianza. El otro día participé en una mesa redonda en el Manager Business Forum con el título “Recuperar el Compromiso” y alguien enseguida planteó la pregunta ¿Cómo generar compromiso para retener el talento? Rápidamente levanté la mano para manifestar mi “profunda antipatía” hacia las palabras retener y talento. ¿Pero es que se puede retener a alguien en la empresa?

Solo se puede obtener compromiso cuando se da confianza. Sin esta, todo lo que hagamos será papel mojado. Por la tanto la pregunta correcta hubiera sido ¿Qué se puede hacer para generar confianza?

♦ Alegría. Una empresa triste, y hay muchas, es una empresa muerta. La alegría debería ser la condición natural de cualquier ambiente de trabajo. Entras en una organización y enseguida percibes el grado de entusiasmo o de decaimiento. ¿Pero, qué hay que hacer para generar un ambiente sano? Pues simplemente, hacer las cosas bien. Fomentar el compañerismo, la amistad, las relaciones, los equipos de trabajo colaborativos, la diversión, la ayuda, el consejo, la mentalidad de trabajo útil ¿Para qué sirve mi trabajo?

♦ Ética. La he dejado para el final porque es un compendio de todo lo que hemos visto hasta ahora. Humanismo, resultados, libertad, conversación… Así como hay programas de formación con poco ROI, el de la ética debería ser un curso obligatorio para toda la plantilla, desde el primero hasta el último, y con mucho ROI. Entre las cosas a evaluar, sin duda, la honradez debería ocupar un lugar muy destacado.

En fin te dejo estas diez palabras que a mí me enamoran y que deberían ser las prioritarias en cualquier directivo, profesional o empleado…

Imagen de cabecera: pdpics.com